lunes, 21 de abril de 2014

LECTURAS QUINTO PRIMARIA


En México

En México los niños de ayer teníamos las vacaciones en diciembre y enero. Cuando yo era chica, pasábamos en casa Navidad y Reyes, y después salíamos fuera de la ciudad.
Íbamos a Chapala y a las haciendas de Jaral de Berrio y de Santa Inés de la Borbolla, cerca de San Andrés Chalchicomula, que colinda con la Hacienda de Santiago Ocotepec, pues pertenecían a dos hermanas de la familia Mier, y estaban unidas por un trenecito de mulas que nos divertía mucho. Al administrador, honrado y trabajador, todos lo querían y lo llamaban el amo.
Recuerdo que al amanecer nos despertaba el Alabado, oración cantada por los campesinos cuando se dirigían a sus labores, y que cada día nos traía nuevas ilusiones. Estando allí, un día discurrieron hacer tamales; la cocina fue ese día el centro de atracción. Era una de esas cocinas poblanas que tienen el brasero en el centro y las paredes tapizadas de cazuelas.
La cocinera molió el maíz cacahuazintle en un enorme metate oaxaqueño y después se puso a preparar las salsas de mole verde y colorada con pollo y carne de puerco.
Y mientras decía “cuidado y me hagan amuinar, porque los tamales no se esponjan; la masa se escurre y hay que contenerla rociándola con pulque y bailándole a la olla alrededor mientras los tamales se están cociendo”.
Mis hermanas y yo nada más pelábamos los ojos, pues cada una de las palabras de la cocinera nos impresionaba.
Por fin, cuando la masa estuvo lista y empezó a envolver los tamales, muchas manos le ayudaron, pues la cocina había sido invadida por distintos personajes que habían llegado atraídos por el sabroso olor que despedían los chiles tostados.
Felipa, que así se llamaba la cocinera, puso en el suelo un anafre de los buenos, de los de antes, lo encendió y acomodó en él una olla tamalera poblana y después de ponerle agua, una moneda y la parrilla, fue metiendo los tamales y acomodándolos para que se cocieran. Todos nosotros nos sentamos entonces alrededor a esperar que estuvieran listos, para entretenernos, cada uno de los que estaban allí contó un cuento.
El primero en hablar fue el caporal, a quien llamábamos el Vale, era un simpático viejecillo que había sido arriero entre Morelia y Tierra Caliente. Él empezó por decir: “Y ahora, muchachos, a echar cuentos, porque estas cosas tienen sabor en la noche y hay que contarlas para saber pasar el rato...”

Don Quijote de la Manchalectura

Don Quijote de la Mancha es una novela que desde hace más de cuatrocientos años ha sido leída por toda clase de gente, que encuentra en ella inspiración para su vida. Vamos a leer el prólogo o la introducción a una adaptación de esta obra para niños.
Un día Don Quijote decide imitar a los caballeros andantes de los libros que había leído... Se pone una armadura, monta a caballo, se hace acompañar de un escudero, y sale a los caminos en busca de injusticias para ponerles remedio.
Su valor no tiene límites: lo impulsa a realizar empresas que parecen imposibles, a enfrentarse a gigantes y magos perversos, con tal de que el bien triunfe sobre el mal. Es un hombre de palabra: se esfuerza por cumplir lo que dice, y le basta decir algo para sentirse comprometido. Vive, además, enamorado, porque un caballero andante sin amores es como un árbol sin hojas ni frutos. Un enamorado siempre fiel, que nunca –aunque lo persigan las muchachas más bellas– traiciona el amor por su dama.
Con todo esto, Don Quijote no es soberbio, porque sabe que está al servicio de los ideales de la caballería, que se hallan por encima de cualquier caballero en lo individual, y sabe que es el amor de su dueña, la sin par Dulcinea del Toboso, lo que da fuerza a su brazo. Su ambición mayor es dedicar la vida a perseguir esos ideales, y decir de su amor que "en tan hermoso fuego consumido, nunca fue corazón".
La ambición más grande de Sancho Panza es satisfacer las necesidades de la vida diaria: tener que comer, un lugar donde dormir, ropa limpia, dinero... Lo tienta la idea de resolver de una vez por todas los apremios económicos y por eso se deja convencer de su vecino para irse con él, como su escudero, tras la promesa de que lo hará gobernador de una isla.
Sancho es un hombre prudente y pacífico, enemigo de pleitos. Se permite sentir miedo. No le interesa meterse con nadie ni que se metan con él. Tiene un perfecto sentido de la justicia y sobre todas las cosas ama a su familia. Respeta y quiere a su mujer, Teresa, con un amor tan sólido, tan pegado a la tierra como los refranes que continuamente dice.
Sancho es un hombre leal, dispuesto a hacer casi todo por su amo –no a dejarse azotar, por ejemplo–; vence sus temores y sus fatigas por lealtad y termina contagiado por los ideales de su patrón, a quien él llama el Caballero de la Triste Figura.
Don Quijote y Sancho Panza son dos buenos modelos; es mucho lo que podemos aprender de ellos. Es importante tener ideales, y es importante ocuparse de los asuntos de todos los días.

¿Por qué tienen melena los leones?

León con melena
En la lectura de hoy vamos a enterarnos de cómo las hormonas son un factor decisivo para el desarrollo de los seres vivos. Atención.
La gran melena de los leones creció por la influencia de una hormona llamada testosterona. Los leones no son las únicas criaturas que tienen hormonas. Tú tienes hormonas también. Estas hormonas (mensajeros químicos) se encargan de tu crecimiento y desarrollo. La testosterona hace que crezca la barba en el hombre y que algunos pájaros machos tengan plumas de muchos colores. En los venados macho, la hormona controla el crecimiento de los cuernos.
Los leones macho adultos son los únicos de la familia de los felinos que tienen melena. Los machos jóvenes pueden tener un poco de pelo alrededor de la cabeza, pero hasta que
no son adultos maduros no les crece completamente la gran melena en la cabeza y el cuello. Esto sucede cuando cumplen los cinco años.
Los zoólogos, que estudian a los animales, piensan que las melenas de los leones tienen varios propósitos. Un león de melena grande puede impresionar a los otros machos, haciendo que parezca más grande, más fuerte y más amenazante de lo que realmente es. Puede que la melena proteja el cuello del león durante las peleas con otros machos, y la melena muestra la masculinidad del león, igual que la barba en los hombres.

Labor detectivesca


Hasta los criminales más cuidadosos pueden dejar pistas diminutas que a menudo son demasiado pequeñas para distinguirse a simple vista. Por eso, los microscopios prestan una ayuda inestimable a la policía.
Los científicos de la policía utilizan microscopios ópticos para examinar posibles pruebas buscando pistas. Esta labor les ayuda a decidir qué hacer a continuación: por ejemplo, volver a examinarlas con un microscopio electrónico, o tomar muestras de sangre o de suelo para realizar más comprobaciones.
La prueba del delito
En el escenario de un robo o un asesinato suelen quedar partículas de la ropa del culpable, como por ejemplo fibras de lana de un suéter. Si las fibras halladas en el lugar del crimen coinciden con las de una prenda perteneciente a un sospechoso, pueden ayudar a la policía a solucionar el caso.
Cuando buscan pruebas, los investigadores policiales pueden también examinar pelos, fibras de alfombra o los cristales de una ventana rota.
Microscopios sobre ruedas
Para examinar objetos grandes como, por ejemplo, un coche, la policía utiliza el microscopio de operaciones. Se trata de un microscopio unido a un brazo articulado, que va montado en una plataforma con ruedas. Ésta última se arrima al objeto y el microscopio se regula para poder examinarlo desde distintos ángulos. A veces los ladrones de coches repintan la carrocería, pero un cuidadoso examen al microscopio puede ayudar a la policía a identificar un vehículo robado.
Más pistas
También se usan microscopios para examinar cadáveres hallados en circunstancias sospechosas. Un ejemplo: si encontramos ciertas algas minúsculas en los pulmones de un cuerpo sacado del río, seguramente la persona murió ahogada; si no encontramos este tipo de algas, es probable que la víctima estuviese muerta antes de entrar en el agua.
Armas y culpables
Un microscopio puede ayudar a resolver casos en los que intervinieron armas de fuego. El cañón de un arma de fuego tiene unas estrías que hacen que la bala gire sobre sí misma y vaya recta hacia el blanco. Al disparar un arma, las estrías rayan los lados de la bala y dejan unas marcas tan únicas como las huellas dactilares de una persona. Estas marcas microscópicas pueden compararse con las marcas de otras balas para saber si provienen de la misma arma.

Rolf y Rosi

Rolf y Rosi, lecturas del rinconcito de sallita
Rolf era repartidor de leche. Con lluvia o sol, a las cuatro y media ya estaba vestido para comenzar su ruta.
Rosi tenía nueve años. Rolf era su papá. Casi todas las mañanas ella dormía profundamente cuando Rolf salía, pero durante las vacaciones y los fines de semana se levantaba para acompañarlo. Su mamá ya no vivía con ellos, así que Rolf y Rosi tenían que ver el uno por el otro.
En el verano todo salía a pedir de boca. A las cuatro y media ya clareaba y cantaban los pájaros, pero en invierno era espantoso. Hacía frío y estaba oscuro, llovía, helaba, o soplaba el viento. A veces, si nevaba durante la noche, había que quitar la nieve del
camioncito repartidor antes de poderlo poner en movimiento. Tenían que manejar con mucho cuidado, y las manos se les enfriaban con las botellas heladas, y la gente se quejaba de que la leche llegara tarde. Rosi odiaba el invierno. Le alegraba no tener que hacer la ronda todos los días, como Rolf.
Una tarde, cuando Rosi llegó de la escuela, Rolf le dijo:
–No puedo más, Rosi. Hoy tardé seis horas en hacer la ruta. Seis gélidas horas.
Era el mes de enero y una gruesa capa de nieve cubría el suelo.
–Me lo imagino –repuso Rosi–. A mí me entró nieve en las botas y se me mojaron los calcetines. Me voy a cambiar mientras pones el té. Nos sentiremos mejor después de una taza de té bien caliente.
–Tengo una idea mejor –dijo Rolf.
– ¿Cuál? –preguntó Rosi.
– ¿Qué te parecería marcharnos de aquí definitivamente? Vivir en un lugar donde siempre haga calor.
Pero cambiarse de ciudad no es sencillo. ¿Alguno de ustedes se ha cambiado de ciudad? Me gustaría conocer su experiencia.

Carta de un amigo.

Carta de un amigo, lectura para niños de cuarto grado de primaria
Volteen a ver a sus compañeros, ¿cuántas caras nuevas ven? ¿Les gustaría conocer una experiencia de un niño en que su mejor amigo, tuvo que cambiarse a otra escuela?

¡Epa Guillermo!
El otro día miré el mapa para ver dónde queda Pelotas ¡Uy! Cómo quedamos lejos de repente, ¡ay! ni siquiera se me había ocurrido que Pelotas quedara allá, en la punta de Brasil.
Mi papá dice que los cariocas se mueren de frío allá en el sur cuando llega el invierno. Por eso se me ocurrió que tú tienes que venir a pasar vacaciones de julio en Río. Aquí en mi casa, claro. Primero para que no te mueras de frío. Segundo, para que vayamos juntos a la playa como lo hacíamos antes.
Hoy fue el primer día de clases.
Me pareció muy raro que tú no estuvieras ahí. ¿Te acuerdas? Nosotros nos conocimos en primero, después pasamos juntos a segundo. Y tú dijiste: ¿el año que viene pasaremos juntos a tercero? Y así fue. Y entonces nos pusimos de acuerdo en que juntos pasaríamos a cuarto. Y así fue también.
Y entonces ya ni siquiera nos pusimos de acuerdo porque era claro que juntos pasaríamos a quinto. Y entonces tú llegas y te mudas para Río Grande del Sur.
Oye francamente, sólo tú te fuiste, el resto del grupo sigue siendo el mismo.
Pero entraron dos niñas nuevas. Una es muy presumida pero, en compensación se llama Renata, que me parece un nombre bonito. La otra parece simpática, pero no se desprende
del lado de Renata. Así es muy difícil hablarle.
¡Ah! Hay una novedad, nuestra escuela está dando becas de estudio para pobres. Por eso también ahora hay un niño nuevo: un becario. Oí decir que vive en las barriadas; se llama Toribio Carlos y se sentó en el mismo puesto en el que tú te sentabas, pero no habla ni mira a nadie.
Tal vez el trabajo de tu papá deje de ser bueno y ustedes vuelvan aquí a Río. No es que quiera que tu papá pierda el empleo, nada de eso, pero es que me parece muy aburrido no verte a mi lado en clase.
¿Es buena la escuela allá?
Un gran abrazo de Rodrigo.

¿Quién de ustedes se ha cambiado de escuela?

Romance de la doncella guerrera.

Romance de la doncella guerrera, lectura para niños de qinto grado
Los romances son poemas formados por versos de ocho sílabas, donde en cada estrofa riman los versos pares: Dios, varón, inclinación, [escribir estas palabras en el pizarrón hace más clara la explicación] tienen rimas asonantes: en su última sílaba tienen una o tónica, acentuada. En México, los romances se convirtieron en corridos. Muchas veces, los corridos y los romances cuentan historias.
Hoy vamos a leer el de la doncella guerrera. Ella es una muchacha que se disfraza de hombre para que su padre tenga un hijo que vaya a servir al rey en la guerra.
En Sevilla, a un sevillano [Sevilla es
una ciudad española]
siete hijos le dio Dios,
y tuvo la mala suerte
que ninguno fue varón.
La más chiquita de ellas
le llevó la inclinación
de ir a servir al rey
vestidita de varón.
–No vayas, hija, no vayas,
que te van a conocer;
que tienes el pelo muy largo
y dirán que eres mujer.
–Si tengo el pelito largo,
madre, córtemelo usted,
y con el pelo cortado
un varón pareceré.
Y al subir al caballo
la espada se le cayó;
por decir ¡maldita sea!
dijo “maldita sea yo”;
siete años estuvo en guerra
y nadie la conoció,
si no fue el hijo del rey
que de ella se enamoró.
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La espada en la piedra.

Una leyenda inglesa cuenta que, una vez, hace mucho, el rey murió sin dejar un hijo que lo heredara. Los nobles comenzaron a pelear entre ellos para apoderarse del trono, pero el mago Merlín sabía que el rey debía ser quien pudiera sacar del yunque o de la piedra donde estaba clavada una espada mágica que tenía nombre: se llamaba Excalibur.
El rey había muerto. El trono estaba vacante, no había un heredero para la Corona y el miedo iba extendiéndose por el reino. Todos sabían que sin rey no había autoridad ni mando. Los enemigos buscarían invadirlos; los nobles ya estaban peleando entre ellos por el trono; bandas de asaltantes y asesinos arrasaban los pueblos y se llevaban muchachas, niños y ganado. Hacía falta la autoridad de un rey.
Mientras tanto, por los senderos del bosque, iba caminando un mago. Su nombre era Merlín.
Merlín era tan viejo como las raíces de los robles; podía componer poemas con los sonidos del viento; sus ojos negros leían el futuro y sus hechizos podían cambiarlo. En ese momento, mientras se dirigía a la ciudad, veía la época radiante que tendría el reino si llegaba al trono quien debía llegar. Merlín sabía el nombre de ese rey y dónde se hallaba oculto. Con sus poderes había dispuesto que el niño naciera y lo había escondido para protegerlo de todo peligro. El momento de ese muchacho había llegado. Pero tendría que pasar una prueba.
Cuando Merlín llegó a las murallas de la ciudad, los nobles se preparaban para combatir entre ellos, en un torneo. Quien eliminara a todos los demás tendría la corona. Merlín no estaba de acuerdo; la lucha provocaría muertes y divisiones. Merlín se encaminó a la gran plaza donde se celebraría la justa. Los caballeros, cubiertos con sus armaduras, estaban ya montados y enarbolando sus enormes lanzas. Merlín se plantó entre ellos y señaló hacia el otro lado de la plaza.
–¡Hermanos míos! ¡Miren! ¡Allí! –exclamó, y todos se dieron vuelta para mirar.
Sobre el césped recién cortado había aparecido algo extraño y maravilloso. Era un gran bloque de mármol. Sobre la piedra había un yunque de hierro, y clavada en el yunque había una espada.
La espada resplandecía, era hermosa. Tallada en la piedra de mármol había una inscripción en letras de oro: “¿Dónde está el hombre que pueda sacar la espada de la piedra? Él es el rey.”
Todos miraban la espada asombrados, Merlín les volvió a hacer una reverencia:
–Paz, hermanos míos –les dijo–. Que todos vengan aquí. No debemos pelear entre nosotros. ¡Permitan que el nuevo rey retire su espada!
Aquí dejamos la historia. Pero voy a contarles que quien sacó la espada fue un muchacho humilde que en ese momento era un simple escudero. Se llamaba Arturo. Lo conocemos como el rey Arturo.

Domingo siete.

Domingo siete, lectura para niños de quinto grado
Había una vez dos compadres jorobados, uno rico y otro pobre. El rico era muy mezquino. El pobre iba todos los viernes al monte a cortar leña para venderla.
Un viernes se extravió, y vio una casa iluminada, en un claro del bosque. Parecía que en ella había una gran fiesta. Se oían música, cantos y carcajadas.
Detrás de una puerta se puso a curiosear: la sala estaba llena de brujas que bailaban pegando brincos y cantaban a gritos esta canción:
Lunes y martes
y miércoles tres...
Pasaron las horas y las brujas no se cansaban.
Aburrido, el hombre se atrevió a cantar con su vocecita:
Jueves y viernes
y sábado seis
Gritos y brincos cesaron...
–¿Quién canta? –preguntaban unas.
–¿Quién ha mejorado nuestra canción? –decían otras.
–¡Qué cosa más linda! ¡Quien canta así merece un premio!
Se pusieron a buscar y dieron con el compadre pobre, que temblaba detrás de la puerta.
Unas lo levantaban, otras lo bajaban y besos por aquí y abrazos por allá. Una gritó:
–¡Le vamos a quitar la joroba!
Se la quitaron, luego sacaron sacos de oro y se los dieron por haberles completado su canto.
Él trajo su burro, cargó los sacos de oro y partió por donde las brujas le indicaron. Al alejarse las oía desgañitarse:
Lunes y martes
y miércoles tres;
jueves y viernes
y sábado seis
Sin dificultad llegó a su casita, donde su mujer y sus hijos lo esperaban temerosos de que le hubiera pasado algo.
El compadre pobre, que era un hombre que no mentía, contó su aventura al rico.
¡El rico volvió a su casa con una envidia!
Su mujer le aconsejó que fuera al monte a cortar leña:
Una noche estaban las brujas en lo mejor de su canto:
Lunes y martes
y miércoles tres
jueves y viernes
y sábado seis
Cuando la vocecilla del rico cantó, temblorosa:
y domingo siete...
¡Para qué lo hizo! Las brujas se pusieron furiosísimas a gritar:
–¿Quién es el atrevido que ha echado a perder nuestra canción?
–¿Quién es quien ha salido con ese domingo siete?
Encontraron al hombre y lo sacaron a jalonazos.
–Vas a ver lo que te va a pasar, jorobado –dijo una que salió corriendo. Volvió con la joroba del compadre pobre y ¡pan! la plantó en la nuca del infeliz. Al amanecer fue llegando a su casa con dos jorobas, dolorido y sin sus cinco mulas; por supuesto a la vieja se le regó la bilis de la envidia.

Diario secreto de Susi.

rincon de lecturas de sallita presenta: Diario secreto de Susi
7 de septiembre
Yo creía que este diario no lo usaría porque no tenía pensamientos secretos. Pero estaba equivocada.
Ahora tengo muchos secretos, que no se los puedo contar a nadie, porque nadie me comprende. Mamá me ha dicho: “No seas ridícula”. Y papá “¡Ya quisiera yo tener tus preocupaciones!”

Pues yo preferiría no tenerlas. Estoy celosa. Estoy tan celosa, que no hago caso de lo que dice la señorita. Miro constantemente hacia el tercer pupitre de la fila de la ventana. Allí se sientan Alexander y Anna. No paran de reír y cuchichear. En el recreo estaban al lado de la papelera y Alexander ha rodeado con su brazo los hombros de Anna. Todos se han dado cuenta. “¡Enamorados-novios-esposos!”, ha gritado hoy Michi señalando a Alexander y a Anna. ¡Y toda la culpa la tiene Paul! Si no hubiera vuelto, la señorita no lo habría colocado a mi lado. Yo me habría sentado con Alexander y Alexander no se habría hecho amigo de Anna. ¡Está claro! En el parque, Alexander sigue jugando conmigo. Seguramente porque Anna no va. Ella acude a un hogar infantil y sólo va a los parques los sábados y los domingos. Mañana quedará claro si Alexander prefiere jugar conmigo o con ella. Llaman a la puerta. Será Paul otra vez. Le he pedido a mamá que no lo deje pasar, que le cuente alguna excusa. Que estoy en el dentista. O que he ido a la piscina. Mamá me ha dicho que no lo haría. “Paul es un pobre chico”, ha dicho. Tengo que tratarle bien.




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